
El hombre es el de siempre. No ha cambiado su esencia, mantiene la humildad aun cuando los éxitos deportivos lo ubiquen en un lugar privilegiado. Ahora que vuelve a ser de primera se expresa con la misma simpleza con que lo hacía cuando estaba en el fútbol del ascenso. Héctor Rivoira, de 49 años, el hombre de los ascensos, está otra vez en la máxima categoría y con un objetivo: consolidarse con Atlético Tucumán.
Siempre tiene una sonrisa para su interlocutor y se apasiona cuando habla de fútbol. El Chulo, como se lo conoce en el universo de la pelota, ostenta un registro que ningún otro entrenador tiene: tres ascensos con tres equipos distintos. Fueron con Chacarita, en 2000, Instituto, en 2004, y Atlético Tucumán, en 2009.
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